La energía y el suministro energético es uno de los servicios más importantes en las ciudades inteligentes. La gestión energética incluye la generación, el transporte, la distribución, y el almacenamiento y consumo del mismo. Se busca, cada vez más, obtener una gestión energética eficiente, no contaminante, segura y resiliente. La energía dentro de la ciudad se utiliza, por ejemplo, para el transporte, la climatización, la iluminación, la motorización y los diferentes tipos de electrodomésticos, electrónica de consumo, etc.

Dentro de las ciudades, se gestionan normalmente una gran variedad de fuentes energéticas donde encontramos la energía eléctrica, gas, petróleo, y energías renovables como la solar, eólica, geotérmica, hidroeléctrica, maremotriz, biomasa o biogás. El principal reto de las smart cities es la transición hacia las energías renovables, que proceden de fuentes naturales y que no se agotan, y a su vez, no producen emisiones de CO2 ni de otros gases contaminantes a la atmósfera, por lo que el impacto medioambiental es reducido.