El desarrollo sostenible es aquel desarrollo capaz de satisfacer las necesidades actuales sin comprometer los recursos, es decir, un modelo que use de forma eficiente los recursos disponibles en el presente sin afectar negativamente a su existencia en el futuro. Se trata de la reconciliación entre el bienestar económico, medioambiental y social.

Están íntimamente relacionados con este concepto el crecimiento demográfico global y los hábitos del consumo. Así, el objetivo del desarrollo sostenible es progresar sin perjudicar al entorno, algo especialmente complicado en las ciudades. Es esencial aplicar el principio organizador para alcanzar los objetivos de desarrollo humano, y al mismo tiempo, sostener la capacidad de los sistemas naturales de proporcionar recursos y servicios al ecosistema, en ámbitos como la energía, la movilidad, las actividades industriales y la agricultura.