La recarga de un vehículo eléctrico se refiere al proceso de carga de la batería de un vehículo de este tipo, que usa una corriente eléctrica para producir un cambio químico. Para elegir el tipo de recarga adecuada para esta forma de movilidad sostenible, hay que tener en cuenta las características del vehículo eléctrico: tipo de conector, potencia requerida y capacidad de la batería.

Los usuarios de vehículos eléctricos pueden cargarlos en puntos de recarga de acceso público ubicados en las ciudades, en el hogar, en carretera o en estaciones de servicio. Los tipos de recarga de un vehículo eléctrico más comunes son la normal, desde 3,6 kW hasta 7,4 kW, la más común para cargar un coche eléctrico durante la noche; semirrápida, desde los 11 kW hasta los 22kW; y rápida, de unos 50 kW, capaz de cargar la batería en una media hora. En el caso de los puntos de recarga ultrarrápida o supercargadores, que llegan a utilizar una potencia superior a los 150 kW, son menos comunes.