Jordi Marín, Director del Centro de Excelencia de Smart Cities de Indra

La multinacional de consultoría y tecnología Indra está diseñando e implementando actualmente numerosas soluciones para ciudades de todo el mundo, en especial España y Latinoamérica, dentro de sus proyectos de desarrollo y Smart City. En la presente entrevista, el Director del Centro de Excelencia de Smart Cities de Indra, Jordi Marín, explica la visión de la compañía sobre las Ciudades Inteligentes.

ESMARTCITY: Muchas son las definiciones que hasta ahora se están dando de lo que es o puede ser una Ciudad Inteligente, ¿cuál sería la más adecuada desde la perspectiva de Indra?

Jordi Marín: Una Ciudad Inteligente es la respuesta a los retos del futuro que todo ciudadano busca, con una administración pública eficiente que genera nuevos y avanzados servicios sobre la base de la tecnología. Representan el concepto de las urbes del futuro a través del uso intensivo de las tecnologías de vanguardia. De esta manera, se consigue una gestión eficiente de los recursos económicos en la planificación, gestión y operación de los diferentes servicios municipales a los ciudadanos.

Tienen como objetivo mejorar la calidad de vida de sus habitantes, aumentar la eficiencia de los servicios públicos, incrementar la participación de los ciudadanos en ellos, mejorar las condiciones de sostenibilidad medioambiental y aumentar las oportunidades que la ciudad ofrece a las personas y a las empresas. En las Ciudades Inteligentes es el propio ciudadano el que, con la tecnología que encuentra a su alcance, obtiene y gestiona los servicios de la ciudad. También se debe cambiar el pardigma de gestión, pasando de una gestión sectorial y verticalizada a una gestión transversal que comparta las diferentes fuentes de información para ofrecer mejores servicios y ganar en eficiencia.

ESMARTCITY: Desde la perspectiva de una Smart City ¿Qué debemos entender cuando hablamos de “generar un valor añadido”?

Jordi Marín: Cuando hablamos de Smart City, para Indra, nuestro foco central es el ciudadano, por lo que entendemos que cualquier proyecto debe beneficiarle, sin descuidar a la Administración y las empresas. Entonces, el valor añadido sería mejorar la calidad de vida del ciudadano, la eficiencia y eficacia de de la Administración Pública y generar nuevas oportunidades para las empresas.

En este último punto, las tecnologías Open Data juegan un papel fundamental al poner a disposición de la sociedad (ciudadanos, empresas o emprendedores) información que favorezca la generación de oportunidades de negocio, bien a través del desarrollo de aplicaciones que pongan en valor esa información o bien haciendo uso de esa información para el propio desarrollo de negocios.

ESMARTCITY: ¿Es posible reproducir un “Modelo de Ciudad” que sea aplicable a todas las urbes?

Jordi Marín: Cada ciudad tiene que definir su propio modelo según sus características particulares, de la misma forma que cada ciudad tiene su propia visión de cómo quiere ser a largo plazo.

Es verdad que hay ámbitos clave (como por ejemplo las infraestructuras de sistemas de captación y comunicaciones o los centros de control y emergencias integrados) además de cinco ejes básicos sobre los que se apoyan los distintos servicios (Movilidad, Utilities Servicios Urbanos, Medio ambiente, Gobernanza y Servicios al ciudadano), pero cada ciudad tiene sus propios retos y estrategias, tiene realidades particulares o diferente dimensión que hace que se tengan que priorizar más unos ámbitos que otros. Y siempre teniendo al ciudadano como centro del modelo.

ESMARTCITY: Desde la experiencia de Indra, ¿Cuáles son las principales diferencias entre el desarrollo de la ciudad inteligente en Latinoamérica y España?

Jordi Marín: Las prioridades de desarrollo de las ciudades en España y Latinoamérica son distintas. Mientras que en Latinoamérica las principales prioridades están centradas en la movilidad y la seguridad, en España están más enfocadas hacia la eficiencia y calidad de los servicios, manteniendo a la movilidad y seguridad como aspectos clave de la ciudad. Por otro lado, las ciudades latinoamericanas son mucho más grandes que en España, por lo que abordarlas requiere mayor número de fases y planificación a medio y largo plazo.

ESMARTCITY: Con frecuencia escuchamos que la principal barrera para el desarrollo de las Ciudades Inteligentes es la actual situación económica, ¿Es realmente ésta la principal traba?

Jordi Marín: Esto depende del enfoque que cada uno le dé a las Smart Cities. Para nosotros claramente es una oportunidad, puesto que no se trata de incrementar el gasto de las ciudades sino más bien de cambiar el paradigma de gestión e introducir eficiencia. La inversión inicial para ser Smart City es muy variable ya que depende de los servicios sobre los que se quiera actuar y, a su vez, la inversión para cada servicio depende de la situación de partida en que se encuentre el servicio, del nivel de desarrollo tecnológico que se quiera alcanzar, etc.

Por otro lado, el retorno de la inversión depende del servicio sobre el que se actúe y del modo de valorar este retorno: la digitalización de la administración implica grandes beneficios para la ciudad y los ciudadanos pero el retorno de inversión es difícilmente cuantificable mientras que la inversión en obtener eficiencias energéticas pueden suponer ahorros energéticos del 50% que, considerando la amortización de la inversión a 10 años, se convertiría en un ahorro neto del 20%.

Paralelamente, existen diversos modelos de financiación y gestión sobre los que se puede apoyar la administración para llevar a cabo las actuaciones que dependerá de los requerimientos propios de los servicios (especialización de la operación, necesidades de financiación, interés de los operadores, rentabilidad del proyecto) y de la estrategia de la ciudad (accesibilidad a ayudas institucionales, vocación de integración de servicios, etc.).

ESMARTCITY: En tu opinión, ¿Qué otros factores influyen?

Jordi Marín: Hay unas necesidades básicas que las ciudades deben tener cubiertas, como las infraestructuras de comunicaciones, tener clara la hoja de ruta donde se especifique la priorización de servicios que quieren hacer según sus particularidades, el liderazgo político para implementar con éxito los cambios que suponen, etc.

ESMARTCITY: ¿Cuál consideras que debe ser el planteamiento para superar estos obstáculos?

Jordi Marín: No hay obstáculos, son oportunidades.

ESMARTCITY: Ayuntamientos, ciudadanos, sector privado, académico, etc., ¿cómo deben interactuar estos actores y qué rol corresponde a cada uno?

Jordi Marín: Para nosotros forman parte de un mismo ecosistema. En este sentido, deben seguir interactuando en las mismas condiciones que lo han hecho hasta ahora pero aprovechando que la tecnología facilita aún más el trabajo en red. En una Smart City es fundamental la colaboración entre todo el ecosistema de la ciudad. Como hemos dicho, la Smart city es la suma de Territorio + Innovación + Inteligencia + Tecnología.

El Ayuntamiento como desarrollador de la estrategia de ciudad, gestor de los servicios, pero a la vez facilitador para dinamizar económicamente la ciudad y que las empresas y emprendedores puedan crecer. De otro lado, las empresas y emprendedores son un partner clave, pues muchos de los proyectos Smart city se desarrollan en colaboración Publico-privada actuando como proveedores de la tecnología. A su vez, el sector académico junto con el sector privado son los que fomentan la innovación que es el motor de la smart city y los ciudadanos juegan un papel fundamental, pues son los principales consumidores de servicios públicos, son una fuente de información crucial al actuar como sensores y son los que ejercen, con sus demandas (canalizadas a través de la Administración) el verdadero liderazgo en la ciudad.

ESMARTCITY: ¿Podemos hablar a día de hoy de alguna ciudad realmente “inteligente”?

Jordi Marín: Hay ciudades que están avanzando mucho, las que se han construido de nuevo han podido implantar soluciones integrales, pero en la mayoría el reto es integrar las soluciones ya existentes para ganar eficiencias y cambiar el paradigma de gestión. La verdad es que tanto en el ámbito nacional, como europeo y mundial se están impulsando experiencias muy positivas que nos permite hablar de ciudades inteligentes.

Del mundo, Ámsterdam, que está haciendo un gran trabajo en este sentido como ciudad global (en otras ciudades tienen experiencias muy interesantes, pero Ámsterdam como proyecto global encaja muy bien con el concepto Smart City). También hay iniciativas interesantes en el sudeste de Asia y otras ciudades europeas y norteamericanas.

En España, A Coruña será próximamente una ciudad inteligente global. El consorcio integrado por Indra, Altia, R e Ilux están trabajando en el desarrollo de la primera plataforma urbana de gestión integral de una Smart City en España. Además se perfila como una de las iniciativas pioneras en el mundo en cuanto a implantación y alcance de los ámbitos que incorporará ya que atenderá todas la áreas de una ciudad.

También hay en nuestro país otras ciudades que están muy avanzadas en el desarrollo de iniciativas, y que son referentes, y nos consta que hay otras que ahora están diseñando un modelo de ciudad que va a ser revolucionario. Algunos ejemplos destacados: Barcelona, Sant Cugat, Santander, Málaga, Madrid, etc. Gijón está avanzado de forma muy importante con la integración de sus servicios a través de la tarjeta ciudadana, que ya tiene una cobertura de más del 80% sobre su población.

ESMARTCITY: ¿Crees que el concepto de ciudad inteligente será una moda más que pase con el tiempo o ha venido para “quedarse”?

Jordi Marín: La Smart City es decididamente una apuesta de futuro por la evolución del modelo de ciudad y supone un cambio de paradigma. Las ciudades cobran, cada vez más un mayor peso en las tendencias económicas, sociales, medioambientales y políticas de la relación del ciudadano. Según la ONU, en el año 2009, más de la mitad de la población mundial vivía ya en las ciudades y se prevé que en el año 2050 cerca el 70% de la población mundial vivirá en ciudades.

En este proceso de fuerte crecimiento urbano, una vez superada la fase de dotación de infraestructuras y crecimiento en la cartera de servicios y en el actual contexto de crisis económica, las administraciones están buscando cómo sacar el máximo partido de las infraestructuras e instalaciones existentes y cómo racionalizar estos servicios a partir de un mejor conocimiento del comportamiento de los ciudadanos y de lo que ocurre en la ciudad.

Así, con ayuda de las nuevas tecnologías, es posible conocer mejor el comportamiento y necesidades de los ciudadanos y en consecuencia, adaptar la gestión de los servicios de la ciudad según los perfiles de consumo reales y el uso y capacidad de las infraestructuras. Es decir, las ciudades del futuro nacen con el reto de racionar y incrementar la eficiencia de los servicios que presta a sus ciudadanos para mejorar su calidad de vida y aumentar la rentabilidad, social y económica de sus infraestructuras e instalaciones.

 
 
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