Movilidad Urbana Sostenible

“Todos los días, para casi cualquier actividad que decidan desarrollar, deseada o no, los ciudadanos deben desplazarse por la ciudad o acceder a ella: para trabajar, asistir a la escuela, comprar, ir al cine, en incluso, para pasear por un parque. Así, al cabo del día, se producen millones de desplazamientos en nuestros pueblos y ciudades.

La movilidad urbana, entendida como la necesidad o el deseo de los ciudadanos de moverse, es, por tanto, un derecho social que es necesario preservar y garantizar de forma igualitaria”.

Con este extracto de la introducción arranca el texto de las páginas de la guía “Movilidad Urbana Sostenible: Un reto energético y ambiental”, que Obra Social Caja Madrid y la Dirección General de Industria, Energías y Minas de la Comunidad de Madrid han presentado recientemente en La Casa Encendida, de la capital española, en el marco de la celebración de la Semana Europea de la Movilidad que se celebra entre el 16 y el 22 de septiembre de 2010.

A la presentación han asistido Carlos López Jimeno, Director General de Industria, Energía y Minas de la Comunidad de Madrid, Antonio Lucio Gil, Director de la Fundación Movilidad y Jose Antonio Mijares Bermejo, Director del Departamento de Proyectos de Medio Ambiente de Obra Social Caja Madrid.

Esta nueva publicación busca sensibilizar a la sociedad sobre la movilidad como necesidad básica que todos los ciudadanos deben tener garantizada, y ofrece información y consejos para cambiar pautas de movilidad, utilizando medios de transporte más eficientes que reduzcan el impacto sobre los ciudadanos y el medio ambiente.

La obra se ha realizado con el objetivo de dar respuesta a la creciente preocupación social por alcanzar un equilibrio entre las necesidades de movilidad y accesibilidad, requisito imprescindible para una mejora de la calidad de la vida urbana.

La guía Movilidad Urbana Sostenible: Un reto energético y ambiental consta de tres grandes capítulos: El Concepto de la Movilidad Urbana; Los Grandes Conflictos de la Movilidad y Las Políticas de la Movilidad.

El concepto de la movilidad urbana

El libro señala que si alguien teclea en Google la palabra “movilidad”, se obtienen más de 9.000.000 de entradas y que si se añade al concepto “urbana”, se accede a unas 415.000 entradas. A la publicación de este artículo, la primera cifra se incrementó hasta los 11.800.000 resultados y la segunda a los 428.000. Probablemente si usted, lector, quiere hacer la prueba, esas cifras habrán aumentado su número.

Hubiera sido interesante haber conocido estas cifras hace un año o dos, cuando aún muchas ciudades y sus ayuntamientos no se habían planteado el desarrollo y aplicación de planes de movilidad urbana ni este concepto había adquirido la dimensión tan extraordinaria que en unos meses ha logrado en las zonas urbanas, donde el encuentro de las dimensiones ambiental, económica y social es más palpable.

Por ello, esta guía hace un análisis exhaustivo sobre el verdadero significado de la “movilidad urbana”, pues aún tratándose de un concepto muy intuitivo, “es un término amplio y complejo, que puede ser interpretado desde ópticas distintas y al que se dan significados y se asocian valores diferentes”, señala el libro.

Precisamente, esas ópticas y valores diferentes están llamando la atención sobre un aspecto fundamental a la hora de abordar el concepto de movilidad urbana, y es que, tal y como señaló Lucio en su intervención, la movilidad urbana es un desafío en el que han de participar los diversos agentes sociales, donde entran, por un lado, las administraciones, como instrumentalizadotas de una gestión enfocada a promover hábitos de movilidad sostenibles y por otro las empresas, integrando en sus políticas, a través de la Responsabilidad Social Corporativa, hábitos y conductas en sus empleados y a través de iniciativas como, por ejemplo, la publicación de esta guía.

Para Lucio, “la realidad de la movilidad urbana es que el resultado o la actuación que promueva es algo muy coral, muy disperso, como lo son las propias emisiones vinculadas a la movilidad, y es un reto colectivo de primer orden, donde los aspectos energéticos son claves, con trascendencia ambiental y económica, pero donde también son claves los aspectos de cohesión social, en referencia a los grupos de población más vulnerables y desfavorecidos”, pues tal y como señala la guía, la movilidad de los ciudadanos se ha convertido en la cuarta condición de integración social, después de la vivienda, la salud y la educación, en un entorno en el que ha dejado de primar el arquetipo de varón motorizado, solvente y física e intelectualmente capacitado que definía hasta la fecha al usuario de la ciudad.

Por tanto, los problemas asociados al incremento de la movilidad urbana implican la necesidad de tomar medidas para convertir al ciudadano en el principal protagonista de la movilidad en las urbes, fomentando el uso del transporte público y favoreciendo medios de transporte alternativos, mejorando la circulación de vehículos en la ciudad y también, consiguiendo una distribución de mercancías ágil y una carga y descarga ordenada, pues “la movilidad en las ciudades no sólo atañe al desplazamiento de los ciudadanos, sino también al de las mercancías”, señalaba el director general de la Fundación Movilidad.

Muy interesante es también el análisis que esta guía realiza sobre la movilidad urbana como concepto vinculado a las personas, y que aporta una dimensión más amplia que la de términos como “transporte ó tráfico, que a menudo se utilizan erróneamente como sinónimos de movilidad”.

Los grandes conflictos de la movilidad

En este apartado, la guía hace un repaso a los conflictos que conforma el modelo actual de movilidad urbana, y que resume en ocho aspectos clave, como son

Sin duda, las ciudades se enfrentan al reto de la desconcentración de población y actividad, con efectos sobre la movilidad en el incremento de las distancias y por tanto, de la necesidad de mecanizar la movilidad, y en la disminución de la densidad de población, favoreciendo el uso del vehículo privado frente al transporte público.

Tal y como señalaba López Gimeno en su intervención durante la presentación de la guía, “hay que tener en cuenta un par de datos. En la Comunidad de Madrid vivimos en torno a 6.300.000 habitantes y el parque automovilístico, con los datos más recientes de la Dirección General de Tráfico, supera los cuatro millones de vehículos a los que corresponde, aproximadamente, el 50% del consumo energético en la región”.

Las políticas de movilidad

Se centra este apartado en cómo han respondido las políticas de las diferentes Administraciones Públicas a los problemas del transporte y la movilidad.

Entre las claves que señala la guía al respecto, el modelo actual de movilidad, basado en el uso intensivo del coche, choca frontalmente con las bases del Desarrollo Sostenible, lo que ha inducido a políticas de movilidad que proponen un nuevo modelo integral de movilidad y espacio público en los que el automóvil pierde su protagonismo.

Asimismo, la ineficiencia de las políticas clásicas de movilidad constatan que si no se adoptan medidas que dificulten la utilización del coche, las inversiones en modos de transporte alternativos a éste tiene serio riesgo de acabar en fracaso.

Criterios como proximidad y accesibilidad deben primar sobre movilidad y transporte a la hora de establecer políticas de movilidad urbana en un modelo como el actual, de dispersión de la ciudad sobre el territorio.

Con todo ello, resulta recomendable la lectura de esta guía de la Movilidad Urbana Sostenible, que despeja incógnitas en torno a este fenómeno y sobre todo, orienta respecto a las medidas que hay al alcance de nuestras manos para superar el reto energético y medioambiental que supone.

El libro está disponible en un enlace más abajo, en la página de internet de Obra Social Caja Madrid, y también se pueden obtener ejemplares, en papel, de la guía en La Casa Encendida y en la Red de Bibliotecas de Obra Social Caja Madrid.

 
 
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