La gran mayoría de la energía que Madrid consume, proviene de fuentes externas, dato al que se suma que cada madrileño, consume el equivalente a más de una tonelada de petróleo. La delegada de Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento de Madrid, Inés Sabanés considera que esta realidad supone una gran fragilidad para el modelo urbano, que es enormemente dependiente, y que solo se puede abordar desde un impulso claro de generación propia de energías renovables
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Así expresaba la necesidad e un cambio de modelo energético durante su intervención en el acto de clausura de la ‘Jornada Ciudades Sostenibles. Ciudades con Futuro’ celebrada el pasado 26 de mayo, en el que puso de manifiesto la importancia del papel de las ciudades en los procesos de cambio y en los compromisos en temas globales como el cambio climático, así como la comprensión que muestran los vecinos a la hora de introducir esos cambios.
Como ejemplo, explicó cómo las propuestas más votadas por la ciudadanía madrileña dentro de los presupuestos participativos de la ciudad, son las relativas a acciones municipales que hagan de Madrid una ciudad más sostenible, desde carriles bicis a flotas públicas de vehículos ecológicos o instalación de placas solares. También señaló cómo los madrileños han entendido la aplicación de medidas restrictivas del Protocolo de Calidad del Aire en la capital.
Evolución al transporte sostenible
Entre las actuaciones municipales en la lucha contra el cambio climático, la delegada quiso recordar el Plan de Eficiencia Energética y Cambio Climático que se está elaborando y el plan de rehabilitación de viviendas con criterios energéticos, que va unido al fomento de las energías renovables.
También se refirió al proyecto por el que la Empresa Municipal de Transportes (EMT) introducirá una línea completa con vehículos eléctricos y con carga de inducción en la cabecera de la línea. Además la floa municipal de autobuses incorporará 200 vehículos en este año, de los cuales 170 están propulsado por Gas Natural Comprimido (GNC) y los 30 restantes son de propulsión híbrida cuyo consumo es un 30% inferior al de un bus estándar.