La COP26 mantiene el compromiso para que la temperatura del planeta no aumente más de 1,5 °C

COP26

La XXVI Conferencia de las Partes (COP26) de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que se ha celebrado del 31 de octubre al 12 de noviembre en Glasgow (Escocia), concluyó el pasado sábado con una decisión final que llama a reducir el uso del carbón y pone fin a los subsidios a los combustibles fósiles. El texto adoptado por los 196 países que forman parte de la Convención mantiene vivo el compromiso para que la temperatura del planeta no aumente más de 1,5 °C.

La decisión final de la COP26 incluye la urgencia de acelerar la ambición climática en esta década.

La decisión final adoptada incluye el objetivo para reducir globalmente las emisiones de gases de efecto invernadero un 45% en 2030 (sobre 2010) y la urgencia de acelerar la ambición climática en esta década, siguiendo lo expresado por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC).

En concreto, se pone en marcha un programa de trabajo para hacer viable el objetivo del 1,5 °C estableciendo revisiones anuales de ambición frente al ciclo quinquenal de ambición recogido en el Acuerdo de París. El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, organizará un evento de líderes en 2022 para debatir sobre ambición climática, con el objetivo de mantener la presión sobre la ambición al más alto nivel.

La Comisión Europea y España

La Comisión Europea respaldó el consenso alcanzado en la COP26. Por su parte, España está alineada con el compromiso de la Unión Europea de reducir un 55% sus emisiones en 2030 y alcanzar la neutralidad climática en 2050. En concreto, 30.000 millones del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia se destinarán en los próximos tres años a la transición ecológica.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció en la Cumbre de Líderes, en el inicio de la COP26, el compromiso de España de aumentar la financiación climática para llegar en 2025 con un incremento de un 50% respecto al compromiso actual. El objetivo es alcanzar los 1.350 millones de euros anuales a partir de 2025. Además, España aportará 30 millones de euros al Fondo de Adaptación de la ONU en 2022, y destinará el 20% de sus derechos especiales de giro a países vulnerables, con un mínimo de 350 millones de euros.

Impulso a los objetivos en la COP26

En la cita de Glasgow se han establecido por primera vez acciones sectoriales concretas para esta década para reducir notablemente el uso del carbón y terminar con los subsidios a los combustibles fósiles, y se ha reforzado el vínculo con la biodiversidad y los océanos.

En un contexto en el que los desastres naturales debidos al cambio climático van en aumento, la agenda de adaptación también recibió el apoyo para dar respuesta a la demanda de los países en desarrollo con una mayor concreción del objetivo de adaptación que se estableció en París. Se ha reconocido la necesidad de que haya más fondos para la adaptación para lograr un equilibrio con la financiación de la mitigación. En este sentido, el acuerdo de Glasgow hace un llamamiento a los países desarrollados a duplicar su financiación para adaptación en 2025 respecto a 2019.

Asimismo, la forma de abordar las pérdidas y daños que provocan los impactos del cambio climático, sobre todo en los países más vulnerables, ha entrado en la lista de prioridades de la COP26. Se ha acordado proveer de fondos a la llamada Red de Santiago, como un espacio para trabajar en esta agenda e incentivar la movilización de recursos que responda a las emergencias en los países más vulnerables.

Movilización de la financiación climática

Uno de los temas que han centrado el debate en la Cumbre de Glasgow ha sido la financiación. Una vez reconocida la brecha que existe en financiación climática y presentado un plan para cumplir como tarde en 2023 con la aportación acordada en París de 100.000 millones de dólares anuales, el cambio se basa en la apertura del debate financiero más allá de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. De esta forma, se empieza a hablar de una nueva arquitectura financiera y del papel de los distintos instrumentos e instituciones para responder a la necesidad de movilizar más financiación, más allá de los presupuestos públicos.

Por otro lado, la Cumbre de Glasgow ha puesto también el foco en la justicia climática, destacando el papel que juegan los interlocutores no gubernamentales, entre ellos, la sociedad civil, los pueblos indígenas y comunidades locales, los jóvenes y los niños y otros actores. En este sentido, se da un paso más sobre el cambio de enfoque que se inició en la COP25 de Madrid, amplificando la acción más allá de los gobiernos con un claro reconocimiento al papel de la sociedad civil.

 
 
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