El Gobierno de España ha adoptado la Carta de Derechos Digitales, sin carácter normativo, para articular un marco de referencia que guíe futuros proyectos legislativos y el desarrollo de políticas públicas con el objetivo de garantizar los derechos de la ciudadanía ante la nueva realidad digital.
La Carta de Derechos Digitales ha sido elaborada siguiendo un proceso participativo, con la contribución de expertos en la materia del sector público y privado, así como de la ciudadanía, para dar cumplimiento a uno de los hitos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia español y a uno de los objetivos de la agenda España Digital 2025.
El texto recoge y adapta los principales derechos y libertades a nuevos escenarios y conflictos generados por las nuevas tecnologías y espacios digitales, así como identifica los principios sobre los que asentar la salvaguarda de los derechos fundamentales individuales y colectivos en los ámbitos relacionados con la transformación digital.
El objetivo de la Carta de Derechos Digitales es descriptivo, de los contextos y escenarios digitales que dan lugar a nuevos conflictos y situaciones que deben resolverse; prospectivo, al anticipar futuros escenarios que pueden predecirse; y asertivo, porque revalida y legitima los principios, técnicas y políticas que deberían aplicarse en los entornos y espacios digitales presentes y futuros.
Asimismo, la Carta persigue reforzar los derechos de la ciudadanía, generar certidumbre a la sociedad en la nueva realidad digital y aumentar la confianza de las personas ante los cambios y disrupciones que conllevan las nuevas tecnologías.
Derechos adaptados a la nueva realidad digital
La Carta de Derechos Digitales aplica el entorno digital a los derechos ya existentes reconocidos en textos como la Declaración Universal de Derechos Humanos o la Constitución Española. En cuanto a los derechos de libertad, el texto aborda la identidad del entorno digital, la protección de datos, el pseudonimato, así como los derechos a no ser localizado y perfilado, a la ciberseguridad o a la herencia digital.
Respecto a la igualdad, la Carta recoge los derechos a la igualdad y a la no discriminación en el entorno digital, de acceso a Internet y de accesibilidad universal en el entorno digital. Además, promueve la protección de menores en la realidad digital, el fomento del acceso a todos los colectivos y la promoción de políticas públicas para eliminar brechas de acceso al escenario digital.
En el apartado de derechos de participación y conformación del espacio público, figuran el derecho a la neutralidad de la red, a recibir libremente información veraz, a la participación ciudadana por medios digitales y a la educación digital.
En el ámbito laboral, el documento incluye el derecho a la desconexión digital, al descanso y a la conciliación de la vida personal y familiar, la evaluación de impacto en el uso de los algoritmos o el desarrollo de condiciones óptimas para la creación de espacios de pruebas controladas (sandbox). En materia de garantías, se recogen derechos como el relativo a la tutela administrativa y judicial en los entornos digitales.
Derechos ante la inteligencia artificial y en el empleo de las neurotecnologías
Respecto a los derechos en entornos específicos, la Carta de Derechos Digitales contempla contenidos novedosos, tales como los derechos ante la inteligencia artificial. Se recoge que la IA deberá asegurar un enfoque centrado en las personas y su inalienable dignidad y que en el desarrollo de los sistemas de inteligencia artificial se deberá garantizar el derecho a la no discriminación.
Asimismo, se incluyen los derechos digitales en el empleo de las neurotecnologías para garantizar el control de cada persona sobre su propia identidad, asegurar la confidencialidad y asegurar que las decisiones y procesos basados en estas tecnologías no sean condicionados por el suministro de datos.
La Carta de Derechos Digitales pretende avanzar en el desarrollo de una sociedad digital libre, abierta e inclusiva en España. Además, contribuirá a la reflexión a nivel internacional e impulsará una digitalización humanista que ponga a las personas en el centro.