«Las ciudades se renuevan con energía», así reza el denominado Manifiesto de Málaga, una declaración de intenciones que ha promovido la Fundación Renovables con motivo de la celebración de uno de los cursos de verano de la Universidad Internacional de Andalucía en la ciudad andaluza. El manifiesto llama a las ciudades y a los ciudadanos a asumir su responsabilidad como principales consumidores de energía y señala la necesidad de Planes de Acción Municipal Energía-Clima 2020-2030, entre otras acciones.
El manifiesto entiende que la mitigación de los efectos del cambio climático debe ser el agente fundamental para un cambio de paradigma en el que las ciudades sean más sostenibles, con mayor calidad para su población y con un menor uso de recursos y degradación ambiental.
Planes de acción municipal Energía-Clima 2020-2030
En este manifiesto se propone que las ciudades desarrollen Planes de Acción Municipal Energía-Clima 2020 -2030, consensuados, con compromiso de permanencia a largo plazo para que no dependan del partido que gobierne el municipio. Con este fin, se propone el establecimiento de una Comisión Municipal para la Transición Energética que desarrolle el Plan de Acción Energía-Clima, la homogeneización de acciones, desarrolle ordenanzas y haga el seguimiento del mismo.
Todo ello basado en la participación ciudadana y la transparencia de la información. Propone la elaboración de estos planes en plazo no superior a un año para ciudades de más de 100.000 habitantes, de 2 años para ciudades entre 10.000 y 100.000. Para las de menos de 10.000 habitantes, propone el establecimiento de un calendario específico.
29 medidas de choque en los municipios
Además, propone un Plan de Choque Energía-Clima con 29 medidas concretas que pueden ya ser implementadas a nivel municipal dentro de los planes anteriores. Las medidas se agrupan las áreas de trabajo de gobernanza, transparencia y contratación responsable, participación y servicios a la ciudadanía, movilidad, edificación y autoconsumo y generación distribuida.
Todas estas medidas deben servir para alcanzar un objetivo de cero emisiones en 2050, con un consumo de energía final 100% renovable, y donde al menos un 50% de la energía sea producida en las propias ciudades y en su entorno cercano. Este objetivo final implica una estructura energética en el Horizonte 2030 que supone una reducción de emisiones del 50% respecto a 1990 o 60% respecto a 2015, una reducción de la demanda de energía final del 25% respecto a 2015, la electrificación de la demanda final en un 50%, un 80% de generación de electricidad con energías renovables y un 50% de renovables en energía final.
Según el manifiesto, todas estas acciones tendrán un seguimiento por los servicios técnicos de los ayuntamientos que se adhieran y por la Fundación Renovables que será la depositaria y gestora de esta declaración de intenciones.