Correos amplía su flota de vehículos verdes con un centenar de motocicletas eléctricas y 80 bicicletas eléctricas.

Correos ha ampliado su flota de vehículos ecológicos con la adquisición de 100 motocicletas eléctricas destinadas al reparto urgente de correspondencia y paquetería, especialmente en cascos históricos protegidos y en centros urbanos peatonalizados. Esta iniciativa supone una importante renovación de la flota y se suma a otras impulsadas por la empresa postal pública, cuyo objetivo es contribuir en lo posible a la reducción de impactos medioambientales.

La compra de estos vehículos se incluye en el Proyecto Movele, gestionado y coordinado por el Ministerio de Industria, cuyo objetivo es introducir en los entornos urbanos entre 2009 y 2010 un total de 2.000 vehículos eléctricos de diversas categorías, prestaciones y tecnologías, en un colectivo amplio de empresas, instituciones y particulares, entre ellas Correos, así como en la instalación de 500 puntos de recarga para estos vehículos.

Las 60 primeras motocicletas irán destinadas a grandes poblaciones como Madrid, Barcelona y Sevilla y el resto se distribuirán en las diferentes capitales de provincia, entre ellas, Santander, Toledo, Córdoba y Santiago de Compostela. El reparto de las unidades comenzará a finales de septiembre y está previsto que a comienzos de diciembre funcionen a pleno rendimiento.

Estos vehículos facilitarán la labor del cartero en áreas peatonales en las que ahora debe acceder transportando a pie y de forma manual el gran volumen de envíos postales que en ellos se reparten.

El modelo de motocicleta elegido tiene 4 kilovatios de potencia (equivale a una motocicleta de 125 cm3 de gasolina), alcanza una velocidad máxima de 80 km/h y ofrece una autonomía de 70 km. El tiempo de carga total de la batería oscila entre 4 y 6 horas, aunque existe también la posibilidad de cargarla parcialmente para realizar pequeños recorridos, y su consumo resulta más económico (hasta una quinta parte de lo que gasta una motocicleta de combustión).

Este tipo de vehículos tienen, por ahora, un precio sensiblemente superior a los convencionales, pero también una vida útil más dilatada y un menor coste de utilización y mantenimiento lo que se traduce en más horas de trabajo y mayor calidad del servicio. Estas ventajas se añaden a las medioambientales, pues al no utilizar combustible derivado del petróleo, los efectos contaminantes disminuyen de manera drástica y además no generan ruidos.

La empresa postal, además, acaba de adquirir recientemente un lote de 80 bicicletas eléctricas adaptadas para el traslado de los carteros a los puntos de reparto, en sustitución de otras tantas motocicletas de combustión, que comenzarán a utilizarse para distribuir la correspondencia a partir del próximo mes de septiembre en los cascos históricos y centros peatonales de difícil acceso de las principales provincias españolas.

 
 
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