Los Estados miembros de la UE, con el apoyo de la Comisión Europea, han publicado una hoja de ruta y un calendario para empezar a utilizar una forma más compleja de ciberseguridad, la criptografía poscuántica, para proteger los sistemas y la infraestructura digital frente a las ciberamenazas.
Las tecnologías cuánticas están empezando a transformar múltiples sectores, como la gestión ambiental, la salud y la respuesta ante desastres naturales. Sin embargo, este desarrollo también plantea nuevos desafíos, especialmente en lo que respecta a la protección de sistemas, datos y redes.
El avance de la computación cuántica representa un riesgo para los métodos de encriptado actuales. Muchos sistemas de ciberseguridad se basan en técnicas que podrían volverse vulnerables a medida que la tecnología cuántica evoluciona. La transición hacia la criptografía poscuántica, que se fundamenta en difíciles problemas matemáticos, busca anticipar estos riesgos y mantener la seguridad de la información.
En este contexto, la hoja de ruta publicada se basa en el uso de algoritmos matemáticos avanzados que refuerzan la protección frente a riesgos en el entorno digital. El objetivo es responder adecuadamente ante las amenazas informáticas cada vez más sofisticadas, con especial atención al futuro próximo.
Adopción de la criptografía poscuántica
De acuerdo con el documento, se espera que los Estados miembros den los primeros pasos hacia la adopción de la criptografía poscuántica antes de finalizar 2026. Además, toda infraestructura esencial deberá estar protegida por estos nuevos estándares, como máximo, a finales de 2030.
La hoja de ruta introduce recomendaciones para facilitar una transición organizada hacia la criptografía poscuántica. También incluye medidas para asegurar que todos los actores implicados estén informados acerca de los desafíos y riesgos que surgen con la llegada de la computación cuántica al ámbito de la seguridad digital. El trabajo representa un paso inicial en la adaptación de Europa a las necesidades de protección de datos frente a las futuras capacidades de la tecnología cuántica.
La publicación responde a una Recomendación de la Comisión Europea de establecer un flujo de trabajo sobre la criptografía poscuántica con el Grupo de Cooperación NIS. Este documento de alto nivel es el primer resultado y se dirige a los Estados miembros.