Un equipo de investigadores del Instituto ITACA de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), en colaboración con el Instituto de Física Corpuscular (IFIC) -centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y de la Universidad de Valencia (UV)-, ha desarrollado un sistema que permite calcular, hora a hora, las emisiones de gases contaminantes generadas por el tráfico en cada calle de la ciudad de Valencia. El sistema combina información recogida por los sensores de tráfico con modelos de emisión estandarizados y reconocidos a nivel internacional.

Hasta el momento, el control de la calidad del aire en Valencia se basaba en los datos de nueve estaciones de medición fijas repartidas por la ciudad. La nueva metodología desarrollada permite cubrir toda la ciudad, incluidas las calles y barrios donde no hay estaciones.
El IFIC ha colaborado en el tratamiento de los datos recogidos por las más de 3.500 espiras electromagnéticas distribuidas por Valencia para medir la intensidad de paso de coches, bicicletas y patinetes. Las técnicas actuales de análisis de datos permiten depurar, validar y estructurar la enorme cantidad de información generada por el sistema de gestión del tráfico. Así, los investigadores han podido estudiar el impacto del tráfico en la contaminación urbana con una alta resolución espacial y temporal, identificando con precisión los puntos críticos de emisiones.
Para llevar a cabo este estudio, el equipo de la UPV y el IFIC ha contado con la colaboración del Ayuntamiento de Valencia, que ha facilitado el acceso a los datos del sistema de gestión del tráfico; y la financiación de la Agencia Valenciana de la Innovación (AVI) en el marco del proyecto AVI AirLuisa.
Zonas con más contaminación
Este trabajo ha posibilitado identificar las zonas de Valencia más afectadas por la contaminación derivada del tráfico. Se trata de los accesos norte (avenidas de Catalunya y dels Germans Machado) y oeste (avenida del Cid, entrada por Tres Forques), así como otras vías con gran densidad de tráfico como las avenidas Pérez Galdós y Giorgeta.
Según la investigación, en 2021 el tráfico rodado generó más de 600.000 toneladas de gases de efecto invernadero en la ciudad, además de contaminantes como óxido de nitrógeno, monóxido de carbono, compuestos orgánicos volátiles y partículas en suspensión.
Estimar el impacto de medidas de movilidad urbana sostenible
El sistema desarrollado también permite estimar de forma directa los efectos de nuevas medidas de movilidad urbana sostenible con un alto nivel de detalle para simular qué acciones tendrían un mayor impacto en la disminución de emisiones y, de este modo, invertir los recursos disponibles de manera eficiente. Por ejemplo, el análisis del efecto de transformar un carril de tráfico en un carril bici en la avenida Reino de Valencia revela una reducción del 45% en las emisiones durante las horas de mayor circulación.
Asimismo, el estudio constata una disminución progresiva de las emisiones entre 2016 y 2021 en Valencia. En concreto, los contaminantes como el monóxido de carbono y los compuestos orgánicos volátiles se redujeron en más de un 30%. Este descenso se asocia a una menor presencia de vehículos diésel y al aumento de vehículos híbridos y eléctricos.
Esta capacidad de análisis detallado resulta útil para planificar zonas de bajas emisiones, priorizar intervenciones en zonas sensibles y comprobar si determinadas medidas desplazan la contaminación a otras áreas o franjas horarias.