Según el informe ‘IA climática: cómo la inteligencia artificial puede impulsar tu estrategia de acción climática’ del Instituto de Investigación Capgemini y la start-up Right.based on science, los proyectos impulsados por IA para combatir el cambio climático tienen el potencial de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) de las organizaciones en un 16% en los próximos años.
La investigación ‘IA climática: cómo la inteligencia artificial puede impulsar tu estrategia de acción climática’ revela que un 67% de las organizaciones se ha fijado objetivos comerciales a largo plazo para abordar el cambio climático. En este sentido, la IA puede acelerar la acción climática en todos los sectores y cadenas de valor, y su adopción va en aumento, ya que más de la mitad de las organizaciones (53%) va más allá de los programas piloto o las pruebas de concepto. Los casos de uso impulsados por inteligencia artificial abarcan la mejora de la eficiencia energética, la reducción de la dependencia de los combustibles fósiles y la optimización de procesos para impulsar la productividad.
De los 800 ejecutivos especializados en sostenibilidad y tecnología encuestados en 400 organizaciones de las industrias automovilística, industrial, energía y servicios públicos, productos de consumo y minoristas, casi la mitad (48%) está utilizando la IA para la acción climática. Como resultado, desde 2017 han reducido las emisiones de GEI en un 12,9%, han mejorado la eficiencia energética en un 10,9% y han reducido los residuos en un 11,7%.
Potencial y barreras de la adopción de la IA
El potencial de la IA es significativo, pues según el estudio ‘IA climática: cómo la inteligencia artificial puede impulsar tu estrategia de acción climática’, las organizaciones podrán reducir las emisiones de GEI en un 16% en un plazo de tres a cinco años a través de proyectos impulsados por esta tecnología. En los cinco sectores, la investigación muestra que los casos de uso impulsados por inteligencia artificial pueden cumplir hasta el 45% del objetivo de reducción de intensidad de emisiones del Acuerdo de París.
Como principales barreras para la adopción de la IA con el objetivo de combatir el cambio climático, la investigación señala una escasa inversión en esta tecnología y en seguimiento de datos, falta de plantilla con habilidades para asumir roles relacionados con los datos y la inteligencia artificial, y desaceleración de los objetivos climáticos debido a los efectos de la COVID-19.
Asimismo, el informe desvela una brecha de conocimiento, ya que el 84% de los ejecutivos encuestados preferiría compensar su huella de carbono antes que implementar soluciones tecnológicas para reducir su impacto medioambiental (16%). Esto sugiere una falta de información sobre el potencial de acción climática de la inteligencia artificial, por lo que la investigación recomienda a las organizaciones invertir en equipos de ciencia de datos e IA para comprender la mejor manera de implementar esta tecnología en actuaciones sostenibles.