Bosch pretende convertir el coche en un agente activo de Internet

Bosch está trabajando para convertir al coche en un agente activo de Internet que mejore la comodidad, la seguridad y la eficiencia de la movilidad del futuro. El Grupo persigue con ello un triple objetivo estratégico: llevar internet al vehículo para que se viva de forma intuitiva; proporcionar funciones de asistencia con valor añadido, y conectar el coche con la infraestructura de tráfico.

En la actualidad, Bosch está participando activamente en todos los campos necesarios de la tecnología y fabrica ya las primeras soluciones en serie. En el futuro, surgirán nuevas funciones. Por ejemplo, la llamada Realidad Aumentada conectará el mundo virtual con el mundo real. El parabrisas se convertirá en la pantalla central y pondrá toda la información del vehículo y de su entorno en el campo visual del conductor.

Objetivo 1, hacer que internet forme parte del coche: Una de las soluciones en las que trabaja la compañía es el sistema MySpin, con el que se pueden integrar perfectamente los smartphones iPhone y Android en los vehículos, de forma que la pantalla del dispositivo móvil será visible en el monitor central del vehículo. Incluso sin un teléfono móvil, los actuales sistemas de navegación encuentran, por ejemplo, diferentes tipos de restaurantes.

Además, la compañía trabaja para conectar el sistema propulsor a internet. El sistema denominado eHorizon (Horizonte electrónico) de Bosch, en el que confluyen décadas de experiencia en sistemas de propulsión y la programación de software innovador, que se ofrece a vehículos comerciales desde 2012. El software de navegación detecta, por ejemplo, que después de dos kilómetros cuesta abajo hay una señal de entrada a una población y realiza ese trayecto en el modo más económico o recarga la batería. De esa manera, los conductores pueden ahorrar hasta un 15 por ciento de combustible. En el futuro, los datos de navegación se complementarán con datos actuales recogidos a través de internet sobre la situación en la carretera, por lo que los vehículos pueden, por ejemplo, rodar por inercia hasta llegar a un atasco de tráfico próximo.

Objetivo 2, hacer que el coche forme parte de internet: Los vehículos no sólo utilizarán la información de internet, sino que también transmitirán informaciones a su entorno. Para lograr este objetivo, la filial de Bosch escrypt ha desarrollado unas soluciones de seguridad especialmente adaptadas al automóvil, tales como un cifrado específico. Los vehículos se convertirán en el futuro en sensores que recogerán informaciones de su entorno y las intercambiarán entre sí o con un servidor.

Conocida como “Floating Car Data”, esta información es necesaria tanto para obtener mapas altamente dinámicos, como para mejorar la seguridad del vehículo. Mientras que el conductor sólo ve una curva, la navegación ya sabe que detrás de ella hay hielo en la calzada o un atasco de tráfico. De esa manera, se puede evitar que un coche o un camión circulen deprisa ante un accidente o una caravana de coches. El sistema puede avisar al conductor o iniciar automáticamente una operación de frenado. Un ejemplo de este tipo de aplicaciones es el sistema eCall, que será obligatorio en la Unión Europea en 2015.

Objetivo 3, El coche forma parte del Internet de las Cosas y de los Servicios. Incluso se podría conectar en red una ciudad grande, incluida su infraestructura, de modo que se garantizaría una movilidad óptima. Si alguien quiere ir, por ejemplo, desde el centro a la periferia, puede utilizar para el centro de la ciudad el metro y luego cambiar a un vehículo de car-sharing. A través de las plataformas de Bosch con Service Brokering, el transporte público, empresas de alquiler de coches eléctricos y de bicicletas eléctricas, podrán ofrecer conjuntamente una oferta de movilidad integral.

En la actualidad ya se controla incluso la infraestructura de grandes proyectos piloto de conducción eléctrica por las plataformas de software de Bosch. Un ejemplo es Hubject, el sistema roaming para las estaciones de recarga. De esa forma, los clientes podrán cargar sus vehículo eléctricos en estaciones de recarga de distintas empresas y pagar las recargas cómodamente a través de la factura de la luz.

Ciudades conectadas

Bosch ya está trabajando, incluso, en trasladar una ciudad entera al Internet de las Cosas y de los Servicios. Desde mediados de noviembre de 2013, se utilizan tecnologías de Bosch para la conexión digital en red en el Principado de Mónaco. De esa manera, se ha dado el primer paso en la aplicación del acuerdo de cooperación que se firmó en julio de 2012 entre el Principado y Bosch. El proyecto ofrece una mirada hacia el futuro. En un principio se centrará el enfoque de la ciudad en red en el ámbito de la movilidad. Aplicaciones para ello hay suficientes: guiar al conductor hacia la estación de recarga libre más cercana; la reserva y la facturación de un aparcamiento; en función de las condiciones del tráfico cambiar a una bicicleta eléctrica – este desarrollo se vislumbra ya para las mega-ciudades de todo el mundo.

Por eso, Bosch ve en la conexión en red de los vehículos la posibilidad de un mercado global. La mayoría de los consumidores y las empresas de automoción trabajan en la interconectividad del automóvil. Vehículos automatizados y conectados, por ejemplo, pueden mejorar el flujo del tráfico rodado en un 80 por ciento o facilitar que las personas mayores tengan una movilidad cómoda y segura. Los estudios parten de que si los vehículos están cada vez más automatizados, el número de víctimas mortales podría reducirse hasta en un 90 por ciento. Para conectar los vehículos a Internet, Bosch ha establecido un estrecho diálogo con los fabricantes mundiales de automóviles y con empresas innovadoras en otros sectores, tanto en Europa, como en Norteamérica y Asia.

 
 
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