La ciudad de Elche, en Alicante, ha instalado sensores avanzados de monitorización de la calidad del aire, fabricados por Bettair Cities, como parte del desarrollo de su futura zona de bajas emisiones (ZBE). Esta actuación se enmarca en una estrategia orientada a mejorar la salud pública y reducir el impacto de la contaminación del tráfico rodado, financiada con fondos europeos Next Generation.

En una primera fase, se han instalado 12 sensores ambientales en tres áreas clave de Elche: El Altet, Torrellano y el centro, donde se concentra la mayor densidad de población y actividad. Estos dispositivos recopilan datos en tiempo real sobre contaminantes como NO₂, O3, NO, CO, SO2, H₂S, NH₃, CO2, partículas en suspensión (PM1, PM2.5, PM10) y otros parámetros ambientales.
Así, el nodo bettair integra la medición de una amplia gama de contaminantes atmosféricos, incluyendo gases traza como el sulfuro de hidrógeno (H₂S) y el amoníaco (NH₃), que están ausentes en muchas de las estaciones de monitorización ambiental actualmente operativas en España. Esta capacidad le permite proporcionar una visión precisa del comportamiento de la contaminación en contextos urbanos con alta presión de tráfico y lo posiciona como una solución completa en el ámbito de la monitorización urbana de la calidad del aire.
Frente a los sistemas tradicionales de medición, que suelen depender de estaciones fijas, la solución de Bettair permite una cobertura granular y distribuida, adaptándose a los flujos reales de movilidad urbana. Esta tecnología basada en nodos inteligentes ofrece alta precisión, así como facilidad de integración con plataformas municipales para la visualización, el análisis y respuestas rápidas.
Monitorización de la calidad del aire para evaluar políticas
Elche empleará esta red de monitorización de la calidad del aire para evaluar con rigor el impacto de sus políticas de movilidad sostenible, incluida la ZBE, posibles restricciones de tráfico, emergencias ambientales, eventos de gran escala o medidas específicas en zonas escolares o residenciales sensibles. Asimismo, los datos recabados servirán para reforzar el cumplimiento normativo con la futura Directiva europea de calidad del aire, que establecerá umbrales más exigentes a partir de 2030.
Con esta iniciativa, Elche avanza hacia una ciudad más saludable y resiliente, situando la calidad del aire como un indicador estratégico de gestión urbana, a la altura de la movilidad, el ruido o el consumo energético.