Cada año se encuentran 39.000 objetos en las playas españolas. Según la Comisión Europea, más del 80% de esos desechos son materiales plásticos que afectan de manera especialmente grave a los ecosistemas marinos, pero también a los humanos. La base para acabar con estos desechos en las costas es la concienciación y la reducción en el uso de este tipo de materiales, pero la tecnología también mucho que decir. Un proyecto piloto dirigido por la Universidad de Vigo con el apoyo de la Comisión Europea ha utilizado drones para identificar, monitorizar y combatir la plastificación de playas y mares.
La Universidad de Gante afirma que un europeo puede consumir más de 6.000 microplásticos en un año procedentes de la pesca y unos 100.000 mamíferos que habitan los mares mueren cada año a causa del plástico. «La basura marina no solo contamina nuestras costas; causa grandes pérdidas a las economías y genera pérdidas en industrias como el turismo o la pesca tradicional», señala en el portal de la Unión Europea investEU Fernando Marín, responsable de «LitterDrone«, nombre que ha recibido el proyecto.
Monitorización de basura marina mediante alta tecnología
«LitterDrone» se ha desarrollado desde 2017 hasta este mismo año y ha trabajado con vehículos aéreos no tripulados equipados con cámaras de alta resolución para recoger imágenes de las playas que han formado parte del proyecto. Estas imágenes son analizadas por un software especializado de reconocimiento de imagen para poder caracterizar y catalogar cada uno de los objetos de basura marina recogidos en las imágenes y conocer cuáles son las zonas de mayor concentración de estos desechos.
Esta información resulta de gran utilidad para las autoridades y organismos responsables del mantenimiento y cuidado de playas y mares, ya que les permite diseñar medidas de prevención y mitigación contra la basura marina.
«LitterDrone» se ha llevado a cabo en un espacio de gran valor ecológico, el Parque Nacional Marítimo-Terrestre de las Islas Atlánticas de Galicia que incluye las islas Cíes, Ons, Sálvora y Cortegada en la costa atlántica gallega. Concretamente, las islas Cíes han acogido las pruebas de campo durante los dos años que ha durado esta iniciativa, cuyo objetivo se ha centrado en desarrollar un sistema basado en la innovación para controlar y gestionar las basuras marinas.
Según explica la propia web del proyecto, a través de la metodología estandarizada que se ha desarrollado en este tiempo será posible evaluar de manera remota la presencia de basura marina en zonas costeras, así como su composición, algo especialmente útil en áreas remotas o inaccesibles actualmente.
A través de esta metodología será más fácil aumentar el ámbito geográfico de las actividades dedicadas a acabar con la basura marina, ya que los drones tienen un mayor acceso a según qué sitios con dificultad de acceso. Además, se gana en tiempo y se reduce el esfuerzo necesario en las tareas de monitorización de las basuras. Por otra parte, se reduce el margen de error humano en estas tareas, ya que la identificación de basura se hace de manera automatizada y objetiva a través de un software de caracterización.
Replicabilidad de «LitterDrone»
El objetivo final es explorar nuevas áreas donde poder replicar este sistema de monitorización como, por ejemplo, el mar abierto para detectar la basura flotante, el medio marino o los fondos oceánicos. Los socios del proyecto esperan que la solución tecnológica final pueda salir al mercado en un plazo máximo de dos años tras la finalización de «LitterDrone».
El proyecto está financiado por el programa «Blue Labs: soluciones innovadoras para retos marítimos» que implementa la Agencia Europea de Pequeña y Mediana Empresa (Easme) como parte del programa de trabajo del Fondo Europeo Marítimo y de Pesca. Además, cuenta con apoyo financiero de Ecoembes.
Dos grupos de investigación de la Universidad de Vigo han liderado el consorcio que ha llevado adelante el programa de trabajo, del que también han formado parte la Asociación Española de Basuras Marinas (Aebam), encargada de la coordinación técnica del proyecto, y la empresa Grafinta, especializada en instrumentación y soluciones para topografía, cartografía, oceanografía y otros campos científico-técnicos.
Además, los socios han contado con el apoyo de un comité externo de expertos en el campo de la basura marina para asesorar sobre el desarrollo técnico del proyecto, así como con un grupo de partes interesadas locales.
Plásticos de un solo uso que desaparecerán en 2021
Evitar la plastificación no solo de los mares, sino del planeta, es una prioridad para la Comisión Europea, que apoya proyectos como «LitterDrone» y establece medidas clave para acabar con este tipo de residuos.
El pasado mes de marzo, el pleno del Parlamento Europeo aprobó el acuerdo alcanzado con el Consejo de la UE por el que se prohíben los plásticos de un solo uso a partir de 2021. Cubiertos y platos de plástico, pajitas, bastoncillos de algodón fabricados en plástico, palitos para sostener globos, contenedores alimenticios, tazas de poliestireno y plásticos oxodegradables deben desaparecer en tres años. Además, los estados miembros tendrán que recuperar el 90% de las botellas de plástico en 2029.