El camino cooperativo que llevó a Mutxamel al Premio Ciudad Sostenible

Esta es la historia de cómo la participación ciudadana en la toma de decisiones de su Ayuntamiento en materia de urbanismo y medioambiente, llevó al municipio a recibir de manos de la ministra de Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, el Premio Ciudad Sostenible a nivel nacional. Es la historia del camino que Mutxamel (Alicante) ha recorrido hasta encontrarse el pasado mes de febrero en la ceremonia en la que recibió el premio que otorga la Fundación Fórum Ambiental como reconocimiento por haber apostado por potenciar la sostenibilidad en sus actuaciones y proyectos puestos en marcha.

La semilla del trabajo que le ha valido el galardón como Ciudad Sostenible en su totalidad, se encuentra en el Plan de Acción Local para la Sostenibilidad que incluía actuaciones concretas en los ámbitos de medio ambiente, participación, urbanismo y movilidad, entre otros temas relacionados con la ciudad inteligente. Y en la decisión de las áreas de actuación y las acciones concretas que debían hacer de este municipio alicantino una ciudad sostenible, la sociedad mutxamelera determinó las líneas estratégicas del camino a seguir y las actuaciones concretas para cada una de ellas, mediante un proceso de participación ciudadana puesto en marcha por el Ayuntamiento. 

Las acciones que se han llevado a cabo en el municipio a petición de los habitantes de Mutxamel y que le han valido el premio concedido mejoran los servicios al ciudadano, agilizan la relación de los ciudadanos con la Administración y responden a problemas sociales.

Entre ellas se encuentran la mejora y puesta en valor de los Jardines de Peñacerrada, la restauración del Assut del pueblo (una pequeña presa de varios siglos de antigüedad), la habilitación de parques caninos, la ampliación del carril bici, la creación de huertos urbanos y mercados de productores, la formación en agricultura ecológica, el acondicionamiento de senderos locales, la implantación de la administración electrónica, actividades para la mejora de la calidad educativa y foros de participación ciudadana, así como el acceso a servicios deportivos gratuitos para familias de baja renta.

De la Agenda 21 al Plan de Acción Local

Según explica detalladamente Anna Pont Solbes, coordinadora de la Agenda 21 Local y técnica de Medio Ambiente del Ayuntamiento, Mutxamel inició los trabajos relacionados con la sostenibilidad hace más de una década, cuando en 2002 con la ratificación de la Carta de las Ciudades Europeas hacia la Sostenibilidad que establece la incorporación de la Agenda 21 Local como proceso establecido a nivel internacional en la Cumbre de Río. La rúbrica de la carta suponía para la localidad, por una parte, el reto de introducir criterios de sostenibilidad medioambiental, económica y social en las actuaciones que se realizaran en el municipio; por otra parte, facilitar mecanismos de participación social.

Pero no será hasta 2005 cuando se pone en marcha la Agenda 21 de Mutxamel y tres años después, en 2008,  se realiza un Diagnóstico Socioambiental cuyo objetivo principal era identificar qué aspectos sociales, ambientales y económicos había que mejorar y cómo hacerlo de manera sostenible.

Desde el inicio del proceso de implantación de la Agenda 21 Local en el municipio, el Ayuntamiento se unió a la Red Provincial de la Diputación de Alicante, que ofrece soporte a los Ayuntamientos a la hora de poner en marcha políticas municipales sostenibles. Además de participar activamente en la Red, Mutxamel fue elegido en 2010 como laboratorio de la provincia en el que poner en marcha la experiencia piloto ’12 Pasos para la red Agenda 21′, con el fin de desarrollar el Plan de Acción Local municipal.

Es en este punto en el que la ciudadanía de Mutxamel pasa a tener el protagonismo de este camino, ya que la Agenda 21 es un programa eminentemente participativo por el que las propuestas ciudadanas son la base sobre la que definir e implantar una estrategia de actuación a plasmar en el futuro Plan de Acción Local. De esta forma, según explica la coordinadora de la Agenda 21 Local, se realizó un inventario de todas las entidades cívicas (deportivas, educativas, culturales, vecinales, festivas, asociaciones y fundaciones), institucionales, empresariales y comerciales del municipio para invitarles a participar en las asambleas, foros y talleres participativos previstos.

Del primer proceso de consulta a la ciudadanía mediante entrevistas con líderes de opinión, encuestas en centros de enseñanza y encuestas dirigidas a la población general, surgió la primera batería de propuestas que posteriormente, junto a las acciones recomendadas por el diagnóstico socio ambiental y aquellas recogidas en los procesos participativos para la redacción del Plan General, fueron analizadas y trabajadas por parte de los responsables técnicos y políticos de las diferentes áreas municipales para evaluar las posibilidades reales de llevarlas a la práctica y, en su caso, proponer alternativas más viables con objetivos similares. Esta será la base del Plan de Acción Local.

La asamblea ciudadana decide qué sostenibilidad quiere

A finales de 2010, se celebró la asamblea ciudadana de donde salieron las primeras propuestas que forman parte del PAL. Tal como cuenta Anna Pont, los ciudadanos convocados priorizaron un listado de medidas surgido tras la revisión por parte de los responsables técnicos y políticos de la propuesta ciudadana y técnica de la primera fase.

De la asamblea surgió el primer Plan de Acción Local para el bienio 2011-2012, con las actuaciones concretadas para cada una de las 10 líneas estratégicas marcadas:

Este PAL incluía actuaciones concretas en los ámbitos del medio ambiente, la participación, el urbanismo, la movilidad, la salud, la cultura, la educación, la igualdad o la economía. La evaluación del primer Plan mostró que el 89% de las actuaciones propuestas se ejecutaron. Sobre las actuaciones que no fueron llevadas a la práctica, se pudo conocer las razones y proponer mejoras.

Antes de que el PAL llegara a su fin, el Ayuntamiento comenzó su revisión de nuevo contando con la sociedad mutxamelera para evaluar el grado de cumplimiento por parte de la administración para, a continuación, realizar una serie de talleres de participación con los representantes de los agentes sociales implicados y con los ciudadanos que quisieron acudir a título particular, según explica la técnico de Medio Ambiente Anna Pont. 

En los tres talleres celebrados, se trataron las líneas estratégicas definidas en el Plan y los participantes, una media de 35 personas por taller, hicieron nuevas propuestas, que tras su correspondiente evaluación por parte de técnicos y políticos, pasaron a formar parte del siguiente PAL, el correspondiente al bienio 2013-2014, consolidando de esta forma la toma de decisión ciudadana como eje de las políticas de acción municipal. En este caso, y tras su correspondiente evaluación sobre su cumplimiento, de las 38 acciones previstas, 33 se ejecutaron o se encontraban en fase de ejecución.

Para facilitar la comunicación entre la ciudadanía y Ayuntamiento, se puso en marcha la Comisión Municipal de Seguimiento (CMS) del PAL formado por representantes vinculados a todas las líneas de actuación para garantizar así la transversalidad del proyecto y que cada miembro aportara su visión al proceso y, a su vez, trasladara el espíritu de éste a cada área a la que estuviera vinculado, tal y como explica la coordinadora de la Agenda 21.

El camino que sigue adelante

El municipio ya se encuentra inmerso en el inicio de la redacción del PAL 2016-2017, para lo cual ya ha tenido lugar el primer encuentro con los ciudadanos en el que ya se han trabajado propuestas con las que comenzar así un nuevo ciclo. En palabras de la técnica de Medio Ambiente del Ayuntamiento, Anna Pont, el establecimiento del PAL ha permitido establecer un cauce de comunicación entre los diferentes actores presentes en el municipio y la administración local, aumentando la participación ciudadana en la propuesta de actuaciones, en las asambleas y en los talleres participativos. Para la gestión municipal, el proceso participativo ha permitido conocer las inquietudes de la ciudadanía, y así adecuar, en la medida de lo posible, las actuaciones públicas a sus demandas. Y, además, les ha valido el Premio Ciudad Sostenible. 

 
 
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