La segunda edición del Índice de Gobierno Digital (GDI, por sus siglas en inglés) de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) evalúa los esfuerzos realizados por los gobiernos para establecer las bases necesarias para aprovechar los datos y la tecnología con la finalidad de lograr una transformación digital del sector público coherente y centrada en las personas. Corea del Sur, Dinamarca y Reino Unido encabezan la clasificación, mientras que España ocupa la 15ª posición.
Sobre la base de la primera edición, publicada en 2020, el Índice de Gobierno Digital de la OCDE pretende convertirse en un recurso de apoyo para los legisladores en el ámbito de las políticas para la transformación digital que tienen por objeto aumentar la productividad del gobierno, mejorar los servicios públicos y la vida de las personas.
La segunda edición del índice comprende 155 conjuntos de datos de 33 Estados miembros, cuatro países candidatos y un país socio, recopilados entre el 1 de enero de 2020 y el 31 de octubre de 2022.
La metodología de evaluación y la encuesta empleada para medir los esfuerzos se basa en el marco normativo para el gobierno digital elaborado por la OCDE en 2014 y constituido por seis dimensiones: digital desde el diseño, sector público basado en datos, gobierno como plataforma, abierto por defecto, centrado en el usuario y proactividad.
Claves del Índice de Gobierno Digital
El informe señala que el gobierno digital es esencial para transformar los procesos y servicios gubernamentales, de manera que mejore la capacidad de respuesta y la confianza en el sector público. Durante la pandemia de COVID-19 resultó crucial para la capacidad de las administraciones de seguir operando y prestando servicio a la ciudadanía y las empresas.
No obstante, para que sea sostenible a largo plazo y permita dar servicio de manera adecuada, es necesaria una base sólida que incluya acuerdos de gobernanza adaptables, la integración y colaboración a través de las fronteras y entre los distintos niveles de la administración, la mitigación de posibles riesgos, una mayor interoperabilidad, así como una infraestructura pública digital, fiable y resiliente, y un enfoque prospectivo de la gobernanza con tecnologías emergentes como la inteligencia artificial (IA).
Entre los hallazgos clave recogidos en el documento, figura que los países de la OCDE han mejorado los resultados a la hora de establecer las bases para un gobierno digital y basado en datos. Las puntuaciones medias más altas se encuentran en las dimensiones de digital desde el diseño, sector público basado en datos y gobierno como plataforma.
Asimismo, obtienen mejores resultados en la adopción de un enfoque estratégico de manera consistente en las seis dimensiones. Por el contrario, existe margen de mejora en los esfuerzos de seguimiento y registran un desempeño más bajo en las dimensiones de centrado en el usuario, proactividad y abierto por defecto.
En los resultados por dimensiones, se refleja que alrededor de dos tercios de los países cuentan con acuerdos de gobernanza e instrumentos estratégicos en torno a los datos que ayudan a garantizar el impacto y la eficacia de las políticas en este ámbito. En este sentido, los gobiernos deberían priorizar la adopción de mecanismos para impulsar el acceso y el intercambio de datos en el sector público. En el uso de los datos para anticipar o planificar medidas hay grandes diferencias, pues casi la mitad de los países presenta un alto nivel de madurez y un 50% muestra un nivel bajo.
A pesar de la alta presencia de sistemas de identidad digital y de intercambio de datos, otras infraestructuras públicas digitales clave como las soluciones para el servicio postal, notificaciones y pagos no están ampliamente disponibles en todos los países de la OCDE.
La dimensión de abierto por defecto muestra que solo el 15,8% de los países cuenta actualmente con políticas para ayudar a las instituciones públicas a explicar por qué y cómo utilizan algoritmos. Esto incluye la adopción limitada de directrices para el uso de soluciones de código abierto y de mecanismos de colaboración para reforzar la cultura de la apertura y la transparencia.
También existe margen de mejora para que los servicios de gobierno digital cubran las necesidades y expectativas de los usuarios. Menos del 50% de los países tiene iniciativas para emplear herramientas digitales para involucrar a la ciudadanía y las empresas en el codiseño de servicios. Además, solo el 29% exige pruebas de usuario.
En cuanto al compromiso con la reducción de la brecha digital, más del 90% de los países ha implementado un plan de acción en este sentido, de los cuales el 80% ha puesto en marcha un marco legal, mecanismos de financiación y comunicaciones públicas de apoyo.
Los gobiernos han logrado avances considerables en el despliegue responsable y ético de la inteligencia artificial, aunque la dimensión de proactividad sugiere que se podría hacer un mejor uso de esta tecnología para mejorar la eficacia y la capacidad de respuesta del gobierno. El 66% de los países ha utilizado la IA para mejorar los procesos internos y solo el 32% la ha usado para mejorar las políticas.
Otra de las claves del informe es que todas las dimensiones indican que los gobiernos reconocen la necesidad de que la transformación digital se alinee con la transición verde.
En conclusión, los resultados reflejan desafíos en campos como el de los datos abiertos e indican que la rápida digitalización experimentada durante la pandemia no conlleva una mejor comprensión de las necesidades reales de los usuarios.
Corea, Dinamarca y Reino Unido encabezan el índice
Los países con mejor desempeño en el Índice de Gobierno Digital son Corea, Dinamarca, Reino Unido, Noruega, Australia, Estonia, Colombia, Irlanda, Francia y Canadá. Demuestran un enfoque integral para garantizar bases sólidas para el gobierno digital con unos resultados equilibrados en las seis dimensiones analizadas.
En la dimensión de digital desde el diseño ocupan los primeros puestos Austria, Corea y Reino Unido. Corea, Estonia e Irlanda lideran la dimensión de sector público basado en datos; Corea, Dinamarca y Noruega son los primeros en la de gobierno como plataforma; Corea, Dinamarca y Francia en abierto por defecto; Reino Unido, Corea y Noruega en centrado en el usuario; y Corea, Estonia y Reino Unido en proactividad.
Resultados de España
España ocupa la 15ª posición de los 33 países evaluados con una puntación de 0,599, prácticamente igual a la media de la OCDE (0,605). Destaca en la dimensión de abierto por defecto, donde se sitúa en el 7º puesto, lo que demuestra un enfoque estratégico sólido y políticas efectivas para gestionar y utilizar datos gubernamentales abiertos.
Tanto en las dimensiones de digital desde el diseño, donde el país ocupa la 12ª posición; proactividad, en la 16ª; y gobierno como plataforma, en la 20ª, España supera la media de la OCDE. En relación con el resto de dimensiones, sector público basado en datos y centrado en el usuario, el país ocupa el puesto 25º.