El proyecto europeo Impetus, coordinado por el Centro Tecnológico de Cataluña Eurecat, pretende acelerar la respuesta de Europa al cambio climático y definir acciones concretas a través de medidas innovadoras con el objetivo de lograr la descarbonización para 2050. Entre otras cosas, estudiará la creación de un espacio de datos para compartir información y experiencias a fin de desarrollar estrategias de adaptación y mitigación climática.
El 93% de la población europea considera que el cambio climático es un problema grave. En este contexto, «necesitamos comprender mejor cuándo y cómo actuar en una transición hacia una economía verde», señala Aitor Corchero, coordinador técnico del proyecto Impetus e investigador de la Unidad de Inteligencia Artificial Aplicada de Eurecat.
Para contribuir a la adaptación climática y avanzar para ser el primer continente climáticamente neutro para 2050, es imprescindible elaborar estrategias a largo plazo. En este sentido, Impetus permitirá establecer espacios de datos virtuales en diferentes regiones europeas para involucrar a todas las partes interesadas, siendo la digitalización y la inteligencia artificial habilitadores para compartir conocimiento, información y experiencias.
Soluciones innovadoras contra el cambio climático
La iniciativa Impetus, que cuenta con un presupuesto de 14,8 millones de euros y está financiada por el programa Horizonte 2020 dentro de la convocatoria del Pacto Verde Europeo, estudiará sinergias entre las acciones de adaptación y mitigación del cambio climático, el apoyo al crecimiento y la estabilidad socioeconómica, así como la transición de las comunidades hacia la sostenibilidad y resiliencia ecológica.
El consorcio del proyecto, formado por 32 socios de 9 países europeos, investigará soluciones técnicas innovadoras basadas en la naturaleza, de gobernanza, financiación y participación pública. Destaca la creación de un espacio de datos como una red interconectada para ayudar en el desarrollo de estrategias de adaptación y mitigación climática.
También se introducirán acciones rentables y sostenibles desde el punto de vista medioambiental, económico y social, destinadas a proteger sistemas comunitarios clave, tales como el agua, las infraestructuras y la salud, a través de soluciones escalables. Estas serán diseñadas y creadas con los responsables de la formulación de políticas, las empresas y las comunidades para ayudar a garantizar su implementación.
Cada una de las siete regiones bioclimáticas de Europa -Ártica, Atlántica, Boreal, Costera, Continental, Mediterránea y Montañosa- albergará una prueba piloto en el ámbito regional donde se pondrán a prueba y ampliarán soluciones innovadoras. En ellas, equipos multidisciplinares de investigación, políticas medioambientales, industria y sociedad civil abordarán los desafíos de estas regiones. Está previsto que el proyecto llegue a su fin en septiembre de 2025, tras cuatro años de trabajo.