La empresa Urbiotica ofrece sus sensores magnéticos para la detección fiable de plazas de aparcamiento libres en entornos urbanos. Tanto los sensores enterrados como los de superficie funcionan detectando alteraciones en el campo magnético provocadas por la presencia de un vehículo y, para elegir entre uno u otro, es necesario tener en cuenta aspectos como el lugar de instalación o las condiciones climatológicas. Estos dispositivos ya se han instalado en proyectos en la ciudad de Mónaco, Burlington (Canadá) o Cachoeiro de Itapemirim (Brasil), entre otros.
Los sensores magnéticos enterrados y de superficie de Urbiotica utilizan detección en la nube para garantizar una calibración precisa, incorporan filtros avanzados y mecanismos de reducción de ruido capaces de eliminar interferencias electromagnéticas, ofreciendo datos fiables en cualquier circunstancia.
La diferencia entre ambos tipos radica en el modo de instalación y las condiciones a las que deben adaptarse. En el caso de los sensores enterrados, al estar empotrados bajo el pavimento ofrecen una gran resistencia frente al vandalismo y al desgaste, lo que los hace adecuados para ciudades con riesgo de daños o manipulación. Además, no representan un obstáculo en el espacio urbano.
Estos funcionan con baterías de larga duración que no requieren de mantenimiento durante aproximadamente una década. Aunque su instalación es algo más lenta (es necesario perforar el suelo y lleva unos diez minutos por sensor), el resto de intervenciones pueden realizarse en remoto. También son adecuados en entornos con climas con lluvia o nieve, ya que permanecen protegidos y no interfieren con el paso de maquinaria como las quitanieves.
Por su parte, los sensores de superficie se caracterizan por su instalación sencilla, ya que no requieren obra civil. Se colocan directamente sobre el suelo y funcionan con la misma batería que los enterrados, sin necesidad de cableado. Esta opción, más económica y rápida de implementar, es adecuada para proyectos en los que se busca una intervención mínima en el terreno o donde la mano de obra tiene un coste elevado. Asimismo, ofrecen ventajas a nivel operativo: son accesibles para tareas de sustitución o mantenimiento y pueden reubicarse fácilmente si cambian las necesidades del espacio.
Esta opción se adapta especialmente bien a aparcamientos interiores o zonas off-street, como centros comerciales, aeropuertos o edificios de oficinas. También funcionan correctamente en estructuras elevadas o modulares.
Sensores magnéticos adecuados para cada caso
Urbiotica estudia cada caso para recomendar la opción más adecuada a las necesidades del proyecto. En el caso de la ciudad de Mónaco, se han instalado sensores de superficie. Debido al Gran Premio de Fórmula 1, sus calles se asfaltan cada dos años, lo que haría inviable instalar sensores enterrados que tendrían que retirarse y volver a colocarse en cada ocasión.
En Burlington, las condiciones meteorológicas extremas exigían una solución capaz de resistir el paso constante de quitanieves. Así, se optó por sensores enterrados que permiten mantener el sistema de guiado inteligente operativo durante todo el año sin riesgo de daño.
En cuanto a Cachoeiro de Itapemirim, el objetivo era fomentar la rotación de vehículos en la zona azul y dinamizar el comercio local. La elección de sensores enterrados de Urbiotica respondió a la necesidad de evitar robos o daños, muy comunes en la ciudad.
Ambos tipos recopilan datos en tiempo real sobre el uso de cada plaza de estacionamiento. Esta información ayuda a los ayuntamientos a tomar decisiones informadas sobre la movilidad, a identificar franjas horarias de mayor demanda y a optimizar la asignación de plazas reservadas.
Además, se integran fácilmente en sistemas de guiado y control más amplios, compatibles con otros dispositivos, por lo que es posible diseñar soluciones personalizadas para cualquier tipo de aparcamiento, desde la vía pública hasta recintos empresariales, universitarios o privados.