El Ayuntamiento de Madrid ha aprobado la ordenanza que regula el entorno controlado de pruebas que permitirá convertir la ciudad en un sandbox en el que se puedan poner en práctica de manera segura distintos productos, servicios y proyectos innovadores con carácter y tiempo limitado.

Con la nueva ordenanza, se busca poner en marcha un entorno regulatorio que facilite los desarrollos tecnológicos, al mismo tiempo que garantice su viabilidad técnica y la obtención de información para su futuro desarrollo, al simplificar los trámites y ofrecer un espacio real en el que probar soluciones.
Se llevará a cabo a través de diferentes convocatorias públicas impulsadas por el consistorio madrileño, en función del interés detectado. La ordenanza se aplicará a los proyectos que soliciten el acceso a un sandbox para desarrollos en relación con una amplia variedad de materias como sostenibilidad, economía, energía, seguridad, movilidad, accesibilidad, turismo o elementos de mobiliario urbano y de las vías y espacios públicos.
Atracción de inversión y talento
Por ejemplo, se podrán probar tecnologías de asistencia al conductor e infraestructuras inteligentes para evitar colisiones o sistemas de alerta temprana para emergencias como incendios, accidentes y actividades sospechosas, así como se podrán optimizar las rutas del transporte público para reducir tiempos de viaje y mejorar la puntualidad. Para la ejecución y autorización de acceso se tendrá en cuenta la aplicación de normas europeas, estatales o autonómicas.
El entorno de pruebas también será un catalizador para impulsar a la capital como polo de atracción de inversión y talento. Según un informe de la asociación Madrid Futuro, la implantación de una regulación específica que facilite el desarrollo de Madrid como un sandbox conllevará una atracción de inversión de hasta 500 millones de euros en la ciudad y la creación de más de 5.000 puestos de trabajo tecnológicos. Además, tendrá un impacto positivo en el ámbito social y en la calidad de vida de la ciudadanía.